Por: Camilo Leighton ©
Amar misericordia: Muchas veces escuchamos que por misericordia Dios no nos ha destruido todavía. Pero, reflexionemos un poco la real motivación de nuestro Padre celestial es la misericordia o más bien será su naturaleza (1Jn. 4:8).
El amor que fue demostrado en una cruenta cruz, donde el Hijo de Dios, derramó su sangre para limpiarnos de todo pecado y el Profeta añade más "por su llaga fuimos nosotros curados" (Is. 53:5).
En el Comentario Bíblico Adventista, Tomo 4, nos dice: la palabra hebrea es Jésed, esta designa una gama de cualidades, como lo indica sus diversas traducciones, tales como: "bondad", "benevolencia", "favor cariñoso", "bondad misericordiosa"(p. 1051).
Entonces es la expresión cotidiana en las relaciones interpersonales. Cada acto de bondad que es motivado por el Santo Espíritu.
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