Por: Camilo Leighton ©
Objetivo:
Objetivo:
Mostrar que en
estos días finales de la humanidad, cuando se ciernen losa juicios de Dios sobre la tierra, Él todavía nos esta llamando
a volver a sus caminos.
INTRODUCCIÓN
Descripción de la época de Joel
Sabemos que la
persona de Joel el autor de este pasaje, aparte de mencionar a su padre,
Petuel, el texto de su profecía no nos dice nada sobre su historia personal. Su
ávido interés en Jerusalén, particularmente en el templo (1:9, 13s., 16;
2:14-17, 32; 3:1, 6, 16s.), sugiere que él también era residente de la
ciudad. Su énfasis en las ceremonias
sacerdotales y las festividades religiosas respalda la teoría que afirma su
carácter de profeta del templo.
En cuanto a la
fecha en que la cual fue escrito muchos especialistas han considerado a Joel
como el producto de una sola mano, ha
habido opiniones muy divergentes respecto de la fecha de composición, que en
“extensión cubren más de medio milenio”.[1]
Mientras que William LaSor explica que
tradicionalmente este libro es asignado a un periodo durante la minoría de edad
de Joás (835-796) o ubicando al profeta en una época posterior al retorno del
exilio, cerca del final del siglo V o aun después.[2]
Clyde sugiere que hay dos fechas, la primera se sitúa durante el reinado de
Joás en Judá (837 a. C.) y la segunda en una fecha tardía, posterior al
destierro (400 a. C.)[3] Mientras que el Comentario Adventista lo
sitúa, en el siglo VII, durante los primeros años de Josías.[4]
Pero Joel tal vez se encuentra con los profetas que fueron testigos del apogeo
de Asiria en el s. VII a.C. (aquí encontramos a Nahum, Habacuc, Sofonías,
Jeremías), pero antes de terminar la centuria había desaparecido del escenario
de acción y el Imperio Caldeo o Neobabilónico había ocupado su lugar. Durante
los años de decadencia de Asiria y del surgimiento de los caldeos, Dios envió a
inminente cautividad babilónica.
CUERPO
Rasga tu corazón (v. 13a)
El «corazón
(Heb. leb (ble))» que se
refiere Joel en su libro se tiene como el centro del conocimiento y de la
sabiduría y como sinónimo de «mente». Esta acepción aparece a menudo cuando los
verbos «conocer» y «saber» acompañan a «corazón»: «Reconoce asimismo en tu
corazón» (Dt 8:5); y «Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para
entender» (Dt 29:4). Salomón oró: «Da, pues, a tu siervo corazón entendido para
juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo» (1 R 3:9; cf.
4:29).
Rasga…tus vestidos (v. 13b)
Podemos entender
el pasaje Jl. 2:13 hace referencia a la expresión de gran dolor, esto se hacía
a través de rasgar los vestidos, significaba que había sobrevenido una gran
calamidad (Gn 37:34; Lv 13:45; 2 Cr 34:27; Jer 36:24). Sin embargo, puesto
que era posible manifestar esas muestras externas (tus vestidos) de pesar sin
que hubiera un verdadero sentimiento íntimo de dolor, se le ordenó al
pueblo que no cayera en ese fingimiento y que, en cambio, rasgara su
corazón.
Rasga (arrepentimiento) tu vida (v.13c)
La palabra rasgar (Heb. (qara>
(;q'r])[5])
Aparece 63 veces en el Antiguo Testamento, comenzando con Gn 37:29: «Rasgó sus
vestiduras». En la expresión «rasgar los vestidos (vestimentas)», qara> se
usa 39 veces, por lo general en señal de luto (Gn 37:34; 44:13; 2 S 13:19). A
veces el vocablo integra un acto simbólico, como cuando Ahías «rasgó» una
vestimenta en doce pedazos que envió a las doce tribus para anunciar una
inminente rebelión (1 R 11:30). Samuel usó qara> en sentido figurado
cuando dijo a Saúl: «Jehovah ha rasgado hoy de ti el reino de Israel» (1 S
15:28 RVA). Los animales «desgarran»
o «despedazan» su presa (Os 13:8). La expresión qara> es fundamental para que Dios derrame su bendición sobre su
pueblo.
Cada persona que compone parte del Pueblo de Dios, debe analizar su
corazón, creer y pedir la ayuda de Cristo para obtener el perdón. En otras
palabras cada persona debe rasgar su vida, significa que debe experimentar el
arrepentimiento verdadero, este arrepentimiento está basado en la influencia
del Espíritu Santo.
Elena de G.
White es clara en decir: “efectuar un arrepentimiento como
éste está más allá del alcance de nuestro propio poder; sólo se obtiene de
Cristo, quien ascendió a lo alto y ha dado dones a los hombres[6]”
tomando esta declaración podemos ver que el verdadero arrepentimiento no es un
acto humano, éste viene sólo a través del Espíritu Santo. Los vestidos no sirven de nada, lo que se debe rasgar es el corazón, el
cambio de conducta debe venir como resultado de la influencia del Espíritu
Santo y no como reacción condicionada como la plaga de langostas (1:4).
La Torre Del Arrepentimiento
En las
cercanías de Hoddam Castle, Dumfrieshire (Escocia), había una torre llamada “La
Torre del Arrepentimiento”. Se refiere que en cierta ocasión un barón inglés,
al caminar cerca de ese castillo, vio a un pastorcito que estaba tendido sobre
el césped y leyendo atentamente un libro.
—¿Qué lees niño? —preguntó el
barón
—La Biblia, señor— respondió
el niño.
—¡La Biblia¡ Tú debes ser más
sabio que el cura párroco. ¿Puedes decirme cuál es el camino para ir al cielo?
En seguida el pastorcito, sin
desconcertarse por el tono burlón de aquel hombre, repuso:
—Sí señor, puedo: usted debe
tomar el camino hacia aquella torre. El varón se dio cuenta de que el niño
había aprendido muy bien la lección de su libro, y después de pronunciar una insolencia
siguió su camino en silencio.
Lector: ¿Ya has estado en “La
Torre del arrepentimiento”? Si no... pues ya sabes: debes entrar en ella...[7]
CONCLUSIÓN
Como
hemos visto hoy como fue el contexto de la época del profeta Joel, que hablo un
mensaje de advertencia y de arrepentimiento al Pueblo de Israel, lo que
significó este mensaje expresado en 2:13. Fue una manifestación de la gracia de
Dios, proveía Esperanza en medio de las dificultades “la plaga de langostas”
(1:4) , fue y es una promesa condicionada, que dependía no de una manifestación
externa “rasgar los vestidos” sino de una transformación experimentada “rasgar
el corazón” solo por aquellos que dejarán ser influenciados por el Espíritu de
Dios.
El mensaje central de Jl. 2:13 es que el verdadero
arrepentimiento puede ser experimentado por el ser humano solo por la
influencia del Espíritu Santo.
El llamado de
Joel tiene dos implicancias, una nacional (Jerusalén, capital del Reino del
Sur) y otra personal a Solas con Dios.
Hoy es el día de salvación, Dios te está llamando,
desea y añora que vuelvas a Él, no le importa tu pasado, o porque te separaste
de su lado, solo le importa que hoy vuelvas a sus brazos de amor. Él te está
esperando con los brazos abiertos.
Que
el Señor bendiga la decisión que tenemos cada día, la de entregar nuestro
corazón y nuestra vida entera. Y como resultado poder experimentar una vida
nueva y transformada por el poder de Dios. Les invito a tomar esta decisión.
Amén. Oremos.
[1] R. K. Harrison,
Introducción al Antiguo Testamento
(Jenison, Michigan: TELL, 1990), 165.
[2] William LaSor, David Hubbard y Frederic Bush, Panorama del Antiguo Testamento (Buenos Aires: Nueva
Creación, 1995), 429.
[3] Clyde Francisco
y John R. Sampey, Introducción al Antiguo
Testamento (El Paso, Texas: Casa Bautista, 1982), 129.
[4] Nichol, Francis
D, Comentario Bíblico Adventista del
Séptimo Día. Vol. 4 (Miami,
EE.UU: Pacific Press Publishing Association, 1985), 961.
Words
(Nashville, TN: Thomas Nelson Inc., Publishers, 1984), 301.
[6] Elena G. de White, El camino a Cristo (Buenos
Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2007), 15.
[7]
http://www.hermanosunidosencristo.org/ilustraciones_30.htm