martes, 16 de octubre de 2012

REVISIÓN DE LIBRO: NO QUIERO CRECER




Sordo, Pilar. No quiero crecer: Viva la diferencia para padres con hijos adolescentes. Santiago, Chile: Grupo Editorial Norma, 2009.

RESUMEN

Adolescentes: Características  generales.
Esta generación la autora la denomina Generación On off, debido a que todo lo prende, lo  apaga y con esa misma rapidez que ocurran las cosas. Los jóvenes impacientes, que tienen poca tolerancia a la frustración, escasa disciplina, son poco rigurosos y no funcionan sobre la basa del rigor, fundamentalmente porque los padres que le han facilitado cada vez más las cosas; por lo tanto, ellos terminan careciendo de un temple firme y sólido. No tienen sueños, no tienen grandes luchas o grandes batallas, que no sea estar en contra de otro y tratar de pelear por ser ellos mejores. La Generación Banda Ancha, que es la que apunta a la rapidez con la que las cosas tienen que se vividas, procesadas, cambiadas. Se cambia de pareja cuando se acaba una relación, que se tienen que procesar los dolores cuando se viven.
La autora indica que existen rasgos característicos en la Generación que estamos viviendo:
·          Borrar todo lo antiguo para poder caer en lo nuevo. Que no se repara nada, porque es más barato incluso comprarse cosas nuevas que arreglar cosas viejas. Ya no reparamos y esto incluye el perdón.
·          Nos hemos ido alejando de los vínculos familiares (sobre todo de los abuelos).
·          No se valora la edad, la experiencia, la formación y los años de trabajo.
·          No saben cómo hacerlo para poder disfrutar de la etapa en la que viven.
·          Existe una confusión entre el concepto de autoritarismo y de autoridad.
·          Tienen mucho interés en el tema del miedo (positivo y negativo).
·          No comprenden que decir he madurado no necesito experimentarlo todo.  
De 9 a 11 años: Cambios.
Esta etapa comienza la pubertad o inicio de los cambios corporales, hormonales y vivenciales o psicológicos. Estas transformaciones están asociadas a la autoestima. Todo cambia entre los 9 a 11 años, todo se está modificando permanentemente: el cuerpo, la estatura, el peso, la contextura, el pelo y la imagen corporal de la cara. Comienzan a sentir que las cosas les molestan, sin saber mucho por qué. Todos estos cambios emocionales van generando aislamiento, conflictos con los padres, que los empiezan a desconocer en este proceso de crecimiento. El papá y la mamá deben asumir este proceso de cambio no de manera negativa, sino de un modo positivo.
En este período hay que controlar:
·         El aumento de ansiedad que produce la obsesión por masturbación (lo ven como un método de descarga).  El deporte, por ejemplo, es una estupenda manera de botar la ansiedad y lograr que la conducta masturbatoria no se presente.
·         Por causa del cambio fonético (voz de pito), comienza a desarrollarse el Bullying.  Por esto es importante crear conciencia familiar respecto de la diversidad, tenemos que desarrollar la empatía y la capacidad de comprensión para que los niños nunca se vuelvan agresores.
·         Otro tema es la amistad por género, que se da en especial en las mujeres, el pensar en la exclusividad personal (“mi mejor amiga”). El no entender que lo más sano es que yo sea amiga de todas, me permitirá vivir una mejor dimensión de amistad.
·         En los varones debido a que existe una condición de no desarrollar una conversación larga, entonces el juego es un vínculo de comunicación. Es necesario la supervisión de los padres.
·         Por la metamorfosis interna y externa se produce inevitablemente la baja del rendimiento escolar. Es trascendental recalcar el tema de la voluntad, la valoración del esfuerzo, que en casa nunca se pierda la conciencia del deber por sobre el placer, el desarrollo y la  búsqueda de talentos de los hijos, que es la gran misión de los papás a esta edad.
·         Es importante reforzar la relación entre hermanos.

De 11 a 13 años: Del cambio al terremoto.
             Los cambios físicos siguen, pero ahora ya se saben controlar. Aprenden a controlar el tema de la menstruación y a manejar los cambios de voz.
Los caracteres sexuales secundarios muestran a personas grandes, pero su estructura mental (en especial todavía, las niñitas son temerosas, inseguras, no conocen el mundo y los riesgos de la vida).  Por esta razón a veces en casa son regalones, muy apegados a sus padres y otras veces quieren ser grandes, independientes y exhibir su crecimiento.  Esta ambigüedad se da tanto en los hombres como en las mujeres.
Existe con mayor fuerza la búsqueda de una identidad personal, la respuesta del quién soy yo. Es una pregunta que ellos hacen y muy pocos padres son capaces de acoger.
En la medida en que en las casas no hay una identidad propia, no se invitan a amigos de distintas ondas y grupos a tomar té o ver televisión o a juntarse a hacer una tarea, los padres empiezan a perder el control sobre sus hijos y ellos van a hacer sus trabajos a otras casas, y comienzan a formar parte de grupos aquellos papás desconocen; ya no son los compañeros del colegio, sino personas con las que probablemente chatearon o se encontraron en una plaza.
En este momento empiezan los papás a experimentar los primeros indicios de perdida de manejo y de control de ciertas variantes.
Es importante mostrar las vivencias  de la vida real según el estado socioeconómico.
En este periodo todo parece calmarse y el aburrimiento, el poco movimiento, la desmotivación, el que las cosas entusiasmen por un rato y dejen de entusiasmar al segundo siguiente.
La comunicación es fundamental para analizar otras realidades familiares, económicas y valóricas con el fin de que emita juicio de valor.     

De 13 a 15 años: Terremoto.
La autonomía es clave en esta etapa. Los padres deben explicar la diferencia entre sexo y sexualidad. El sexo tiene que ver con la práctica sexual, y la sexualidad con la connotación de esta práctica asociada a valores, al compromiso, a la espera, a contención y a formación que ese niño  o que ese adolescente ya ha recibido.
La sexualidad debe estar asociada a la espiritualidad.
Existen tres conceptos que deben ser aprendidos: pudor, autocuidado, virginidad, esperar,  libertad, fuerza de voluntad, perseverancia, reparar, el aprendizaje del dolor, diversión.
            Existen  grupos en cuanto a la primera experiencia sexual:
  • Los viejos del alma (aquellos que tienen bastante experiencia, está asociada a los traumas).
  • Los que no le importan nada, la incorporan como una experiencia de vida  y simplemente siguen adelante.
  • Los que sí le importa, pero no es capaz de verbalizarlo, porque se siente ridículo.
Otro tema de importancia es la preocupación de los padres en forma masiva, es el asunto de los límites. Por ejemplo, los horarios de salida y llegada a casa.
Para vivir libre en la vida se necesita aprender a ser responsable.
Otro tema es la tecnología y en qué medida utilizarla. Debe ser orientado por el ejemplo. La resolución de conflictos debe ser cara a cara y no a través de teclados.
La tecnología dificulta el establecer la comunicación social y familiar.
En esta etapa se desarrolla mi escala o formación valórica. También se realiza la imagen de la pareja con la que me voy a quedar. La elección depende de los valores inculcados por mi familia.
       
De 15 a 18 años: Búsqueda de sueños.
             En esta etapa existen desafíos cotidianos, como la responsabilidad y el deber.
También es en esta etapa se consolida sí seguir una carrera universitaria, profesional o técnico.  Existen reflexiones existenciales en relación con la carrera que ha de escoger. Muchos necesitan de la orientación vocacional que muchas veces se transforma en desorientación vocacional. Generalmente los grandes sueños no están en relación con lo que mejor hacemos. Es importante incluir una visión espiritual: ¿Para qué Dios me creó y cuál es el papel que tengo que cumplir en la tierra?
La orientación vocacional tiene y debe estar orientada en la búsqueda de sueños y  no de carreras. Las carreras están al servicio de cumplir los sueños.
A lo único que un adolescente entre quince y dieciocho años no puede renunciar nunca es a los sueños y al cumplimiento de éstos a lo largo de su vida.
La formación de parejas: asociar el amor al buen trato, al respeto, al cariño, a la solidaridad y no al dolor. El desafío es formar parejas estables, ojalá sin vida sexual; tener una orientación espiritual que permita trascender todo lo que hagan, incluso esta misma búsqueda de los sueños. 

De 18 a 24 años: Sueños.                                                      
En esta etapa nos cuenta que los jóvenes tienen temple, son capaces de mantener sus sueños, se manejan frente las frustraciones laborales o universitarias. En cuanto a la pareja, son capaces de consolidar relaciones basada en el respeto, en un amor que hace bien, que no daña, que no provoca dolor, que simplemente hace crecer, se comienza entender que el amor es más que una emoción o un sentimiento; es una decisión que yo tomo con el otro y que recién a esta edad uno debiera tener orientada.
Palabras claves:
·         Tolerar los primeros fracasos emocionales y académicos.
·         Restablecer las relaciones con los padres un poco más madura de uno y con razones absolutamente fundamentadas frente a los padres, en forma madura y responsable.
Si las personas no creen en el matrimonio, prefieren la idea de convivir. Otro problema es el gustito por el dinero, en especial con la gente que trabaja y estudia, poco a poco va dejando de lado los estudios. Siempre le sueldo tienen que ayudar a consolidar la carrera universitaria.
Hay que reforzar las relaciones familiares a pesar que estén grandes siguen dependiendo emocional y económicamente de la autoridad de los papás y que, por lo tanto, a ellos siempre les deben agradecimiento y respeto.
            Tratar  de darles como padres a nuestros hijos todas las comodidades para que ellos se desarrollen de la mejor forma posible quizás no ha de ser la mejor receta ideal. Si es así, pierden la capacidad para incentivarse, con poca hambre de vida, se van desencantando de las cosas, sienten que nada les llena, que todo les aburre, que a la primera dificultad lo único que quieren es arrancar, que a la primera frustración piensan que se equivocaron de carrera, que porque no les gusta un ramo no es la carrera adecuada, etc.
También hay que buscar la consolidación de una adultez formada en parejas sólidas, estables, permanentes, basadas en el respeto, en la comunión y en el diálogo abierto. 

De 24 a 30 años: Consolidación de la adultez.
            Podríamos decir que ya existe compromiso, hay vínculos permanentes, la gente está buscando valores sólidos, cierta estabilidad en el tiempo, la formación de un proyecto de un NOSOTROS en vez de un YO y un TÚ en forma separada.
Siempre a estos adolescentes tardíos se les ha enseñado que lo más importante  es lo laboral (en sí es lo material). Otro peligro es que se transforman en eternos estudiantes: salen de la universidad y hacen un posgrado tras otro, y nunca empiezan a trabajar. Tristemente el mayor bienestar lo logran con la obtención de cosas (departamento, auto y un cuerpo perfecto), es un fenómeno exitista. Hay que tenerlo todo perfecto: el cuerpo, el trabajo, ojalá el novio o la novia; quieren tener un buen sueldo, ojalá con poco trabajo, practicar harto deporte y conseguir que los logros económicos sean lo más trascendente e importante.
La autora cree hay que aprender a vivir en la imperfección y a aceptar que las cosas son como uno quisiera es algo clave que a esta generación le cuesta mucho entender.
Hoy esta ocurriendo la masculinización de la mujer y que se ha ido produciendo que los hombres sean los que visitan a los psicólogos explicando que se quieren casar o que quieren formalizar una relación, y las mujeres que solamente quieren sexo esporádico o relaciones alternativas, de muy corto plazo para poder mantener una sensación de autonomía. Dicen que no necesitan a los hombres, cosa que por supuesto no es cierto.
 Existen dos generaciones bien marcadas:
Canguro: es la que nunca ha salido de su casa, la que vive los privilegios de los casados y los beneficios de solteros. La mamá le lava la ropa y se la plancha, le cocina comida caliente.  Tiene al novio o la novia afuera, su sueldo está en el Banco.
Boomerang: es la que se va en algún momento de la casa, con mucha necesidad de autonomía y de independencia, pero por algún fracaso, ya sea económico o emocional vuelven al lado de sus padres y cuesta mucho volverlos a sacar, porque además se encuentran con papás más viejos y probablemente sienten que los tienen que cuidar y hacerse responsables de ellos.
Nadie  es feliz solo, aunque pueda estar cómodo, aunque pueda estar contento y vivir sin riesgos, aunque incluso lo envidien los casados, porque pueden viajar a dondequiera, porque no tiene que perdirle “permiso” a nadie. La persona que está sola no es feliz, a pesar de que no enfrente ninguno de los costos que viven sus amigos con hijos o con parejas con conflictos.
Una característica es tener mucho temor a comprometerse en la vida, porque todo lo que escucha y todo lo que ve son sólo desastres. Por lo tanto, el tema de poder arriesgarse está corriendo cada vez más riesgo.  

Adolescentes “Bacanes”.
             Son aquellos los que llamamos Perno (Nerd, en los EE.UU.), es un niño que en chile es castigado por estudiar, por hacer lo correcto, por tratar de no salir a carretear si tiene demasiados exámenes en la semana; por no pololear o  tener novia a temprana edad porque está esperando a alguien especial. Ese niño que hace lo correcto es castigado socialmente. Este niño ama a sus padres y recibe el nombre de “mamón”. El “bacán” real es el que es capaz primero lo que debe y también disfruta de los placeres. Que tiene amigos, que hace juntas, que tiene actividades sociales, que es capaz de integrar la vida con otros, pero que ante todo van a estar sus responsabilidades de niño y su capacidad para poder rendir y ojalá tener buenas notas. 

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