Dios se presenta como el Dios de los ejércitos y el Poderoso. Cuando Dios interviene en medio de la batalla. Los enemigos en sus mentes alojan la idea que ya han vencido y han salido victoriosos. Pero, no saben que el Comandante por excelencia está con su pueblo, la tierra tiembla, las rocas cantan alabanzas al Rey, los montes unen sus voces en son de júbilo. El tiempo se detiene.
El Creador y Redentor, Jefe de los escuadrones celestiales y su sinnúmero de ángeles esperan el sonido de su voz.
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