Manos, separadas solo una mitad de la ecuación.
Perspectiva
a medias. Pero todo cambia cuando se juntan son una explosión de energía que
fluye y que va. Momentos en que no sabes donde empiezas y donde terminas. Pausas, silencios y el mundo a tu alrededor se paraliza y se graban sus huellas con
cada roce que das.
Abrazos en los cuales tu corazón y su corazón se coordinan
en un solo pulso y besos en las mejillas que al igual que las rosas rojas o
azules del jardín esparcen su aroma, para que decir cómo te hacen soñar no
sabes si es un sueño es una realidad más que esta vida te presenta y no
quererte despegar por miedo de no volverse encontrar, pasan los momentos que se
graban en cada verso entre su voz y tu voz.
Ojos que miran más allá de la superficie en busca la divina
esencia. Esencia que solo se logra
cuando distingues la diferencia entre mirar y observar. Miradas que tienen el poder de derretir
helados en cuestión de segundos que dejan marcas en tus pantalones y en tus manos.
¿Qué nombre le pones tú?
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